Lee Yeon-jo, que dedicó su vida a pagar deudas mientras iba pasando de un papel secundario a otro. La oportunidad de oro que se le presentó fue la nueva película de la directora apodada «la princesa de Cannes». Además, su coprotagonista era Kwak Jae-i, la estrella más codiciada por todos.
El problema era la escena de la cama. Le preocupaba que su total falta de experiencia con los hombres y las cicatrices ocultas en su cuerpo pudieran quedar al descubierto. Después de estropear su primera escena de cama, le hizo una peligrosa propuesta a Kwak Jae-i.
«¿Nos acostamos juntos?».
Se engañó a sí misma diciendo que era para lograr una actuación perfecta, pero el verdadero motivo detrás de esa propuesta era otro. Sin embargo, la verdadera personalidad de Kwak Jae-i, lejos de la imagen caballerosa y gentil que presentaba al público, es vertiginosamente impactante.
